Cuando llegamos a Bolsón, lógicamente, una de las cosas que más extrañábamos era la familia, y no tardaron en llegar. Primeros mis viejos, mi hermanita mayor y mi buen amigo Jano, y luego mamá “Lucheti”, la madre de Juli que tuvo el hermoso gesto de invitarnos a pasar un fin de semana a Bariloche que nos recibió con días soleados y elocuentemente de mucho frío. Desde el quinto piso del departamento en el que nos hospedamos, teníamos una vista privilegiada que queríamos compartir con ustedes.
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